Conozca el verdadero impacto ambiental de las energías no renovables

Los efectos nocivos del uso de energías no renovables, van más allá del impacto ambiental que conocemos
Si queremos cumplir con el Acuerdo de París y evitar que la temperatura global supere un aumento de 2ºC durante este siglo, es necesario que el 60% del petróleo, así como el 90% del carbón, dejen de utilizarse inmediatamente.
Así lo afirma un reciente estudio publicado en la revista Nature. Este estudio invita a dejar de utilizar energías no renovables para salvarnos de una catástrofe climática. Según el estudio, los peligros de seguir utilizando estas fuentes de energía van mucho más allá del calentamiento global.
¿Cuáles son las energías no renovables?
El carbón, el petróleo o el gas natural son fuentes de energía no renovables, porque podemos encontrarlas en cantidades limitadas en la naturaleza. Es decir, son recursos finitos que tardan muchísimo tiempo en regenerarse.
La energía nuclear, por ejemplo, también es una fuente de energía no renovable porque el combustible que utiliza -el uranio- no se regenera por sí solo. Sin embargo, sí sirve para combatir el cambio climático, porque no emite CO2 ni ningún gas de efecto invernadero.
En el caso de la energía nuclear, es absolutamente necesario tratar los residuos radiactivos de forma adecuada. Se trata de deshechos que no pueden ser reciclados y deben guardarse de forma muy segura, ya que pueden generar radiactividad durante siglos e incluso milenios.
En la naturaleza podemos encontrar estos recursos no renovables, pero van desapareciendo con su uso. Según el mismo estudio publicado en la revista científica Nature, la reserva de petróleo se agotará hacia el año 2043.
Lo mismo ocurre con el carbón y con el gas natural. Se estima que la fecha en la que ya no dispondremos de estos fósiles está muy próxima.
Para verlo más explícitamente ponemos un ejemplo: Los humanos consumimos en menos de un año lo que la naturaleza ha tardado millones de años en producir. Tal es el caso de los combustibles fósiles. Estos tardan miles o millones de años en formarse y en apenas unas décadas el ser humano habrá agotado todas las reservas de estas fuentes de energía.
El mayor responsable del cambio climático: las energías no renovables
Ahora bien, la razón por la que estamos obligados a buscar con urgencia nuevas fuentes de energía, no es nada más porque estos recursos se agoten. La principal razón hoy en día es por el grave impacto ambiental que tienen las energías no renovables sobre nuestro planeta.
Los combustibles fósiles, por ejemplo, comprenden el 80% de la demanda mundial actual de energía. El sistema energético contribuye en aproximadamente dos tercios de las emisiones mundiales de CO2.
CO2 y efecto invernadero
Tanto el CO2 como otros gases de efecto invernadero acumulan y emiten calor. Un aumento en la concentración de CO2 en la atmósfera provoca, a su vez, un aumento significativo de la temperatura de la Tierra. Actualmente, la temperatura del planeta ha aumentado más de 1°C desde la era preindustrial.
Si esta tendencia continúa estaremos muy lejos de conseguir limitar el aumento de la temperatura global a 2 °C. Este aumento de temperaturas tendría consecuencias climáticas desastrosas para el planeta.
La lluvia ácida
Además del CO2, la lluvia ácida también perjudica la salud de nuestro planeta. Se trata de emisiones provocadas por la quema de combustibles fósiles y que provocan la acidificación de suelos, lagos y mares con el consiguiente perjuicio para la flora y la fauna terrestre y marina.
Efectos sobre la salud humana
Lo cierto es que todas las consecuencias del uso de energías no renovables mencionadas anteriormente repercuten de una forma u otra en la salud de las personas.
Ahora bien, según un estudio elaborado por Greenpeace y el Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA, por sus siglas en inglés), la contaminación del aire por la quema de combustibles fósiles provoca cada año 4.5 millones de muertes en todo el mundo.
Por su parte, la OMS estima que alrededor de 4,2 millones de muertes prematuras ocurren cada año por la exposición a partículas de metales vinculados con la quema de combustibles fósiles.
El camino hacia la solución: las energías renovables
La buena noticia es que contamos con energías renovables como la mejor opción para retrasar el cambio climático. Hablamos de la energía eólica, energía solar fotovoltaica, termosolar, hidráulica, etc.
La transición energética es el único camino a seguir. Para ello, es necesario un esfuerzo por parte de todos los países para conseguir un sistema energético mundial que sea estable, sostenible y asequible. Un mundo que funcione a partir de las energías renovables es indispensable para garantizar nuestro futuro y el del planeta.
En Solar Roots estamos convencidos de que la energía renovable que más contribuye a retrasar el cambio climático es la energía solar. Además, con nuestras ofertas es viable contribuir con el planeta cuidando al mismo tiempo nuestros bolsillos.
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